Me he acostumbrado a las madrugadas arrugadas donde ; ya ni te fumo ni me duermes.
Vacío los pechos, no cumplen fortunas.
No río los besos ni tiemblo cobijas.
El perfume flota tal espectro chocando contra atrapa- sueños mohosos.
Desde los confines del alma
Me he acostumbrado a las madrugadas arrugadas donde ; ya ni te fumo ni me duermes.
Vacío los pechos, no cumplen fortunas.
No río los besos ni tiemblo cobijas.
El perfume flota tal espectro chocando contra atrapa- sueños mohosos.
Te creció el musgo. Arrimaste ojeras. Te dolió el mundo. Y plantaste bandera.
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