ese nefasto círculo de adoración.
He moderado mis ansías homicidas (para que negarlo)
He domesticado a mi pequeño súcubo interno.
Y sin embargo prosigo, aun sin creer del todo
en esta “nada” pretenciosa que hace llamarse vida.
Prosigo, peregrinación absurda hacia la lúgubre orilla de los días.
La embriaguez me ha dicho que nada cuenta menos que
el remordimiento (yo aprendí a ignórala convencionalmente)
No cargo sobre mis rodillas más que el peso de mis sueños.
Y si desvelo noches para arañar paredes desconchadas
es porque el tedio es más fuerte que el sueño.
En estas confidencias dejo más que mi ortografía de dudosa rigurosidad.
Dejo estelas en blanco (o quizás en negro)
para confeccionar una estampa cotidiana.
Si no me amaño es porque no quiero.
Si no me muero de de pura testarudez.

2 comments:
Como siempre parece que escuchas mis pensamientos a la distancia...
hola!que bueno verla de nuevo x aqui...saludos!
Publicar un comentario