Sinfonía funesta, líquida, derramándose en las grietas que el alma contiene.
Como miles de langostas volando en un maizal.
Aturdiendo, aturdiendo.
Es el sonido que atraviesa los perfectos dientes,
Brota del diafragma y sale a borbotones…
Amortajada con encajes negros y cintas de raso
Aparece la sonrisa.
Aparece una mano larga, unas uñas largas y pulidas.
Aparece un grito desgarrado que solo el corazón delator consigue distinguir.
Ya no es música,
Ya no es silencio sepulcral,
Es un llanto consumido de desafecto.
1 comments:
Tengo esta canción entre ceja y ceja desde hace unos días. Hay una versión en vivo que sencillamente fragmenta las emociones en pedacitos y las une nuevamente a su antojo :)
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