Me he acostumbrado a las madrugadas arrugadas donde ; ya ni te fumo ni me duermes.
Vacío los pechos, no cumplen fortunas.
No río los besos ni tiemblo cobijas.
El perfume flota tal espectro chocando contra atrapa- sueños mohosos.
Desde los confines del alma
Me he acostumbrado a las madrugadas arrugadas donde ; ya ni te fumo ni me duermes.
Vacío los pechos, no cumplen fortunas.
No río los besos ni tiemblo cobijas.
El perfume flota tal espectro chocando contra atrapa- sueños mohosos.
Extraño quererte de manera desinteresada,los brazos del agua, gotas de césped
Extraño tus muertes ficticias, tus guerras de dientes.
Lo que más extraño,calavera del pasado, es cuando un súbito gemido me arrancaba el sopor agostero para dar paz a mís siestas.
Han pasado demasiados recursos amorosos desde la ultima vez que inundaste la habitación con tu risa estrepitosa. El deshojarse de calendario...