Pasar la lengua por los dientes,
Con un chasquido pretender hacer desaparecer eso a que uno tanto se aferra, con tanta pasión.
Parpadear lentamente,
Con el subir y bajar de las pestañas desintegrar ese mal sueño.
Tomar un lápiz, apuntar cosas,
Cosas pendientes de olvidar.
-Un leve roce de manos (no las mismas manos; otras)
-Un cambio repentino de timbre (por otro más grave, quizás)
Así, volver a entorpecer:
Las palabras, las rodillas, el bajo vientre,
Y al fin volver a querer ser:
Ronroneo matutino, cabellos, piel, sol de ventanal.
Aquello habrá que apuntarlo, para luego olvidarlo,
Para volver a apuntarlo y al fin olvidarlo.
Otro chasquido de lengua…
Otro pestañeo…
Café, mañana…las mismas polillas al mismo cajón.
(Habrá que vérselas para empaquetar todo lo pasado y llevárselo bajo del brazo como si nada pesara, el resto de la vida)